in Blog

¿Cómo se llamaba Santiago de Chile antes?

¿Cómo se llamaba Santiago de Chile antes?

¿Cómo se llamaba Santiago de Chile antes?. Santiago de Chile, la capital del país sudamericano, tiene una rica historia que se remonta mucho antes de su fundación oficial en 1541.

La ciudad que hoy conocemos con este nombre no siempre se llamó así, y su historia prehispánica y colonial revela un pasado complejo y fascinante.

En este artículo, te invitamos a viajar en el tiempo y descubrir cómo se llamaba Santiago antes de ser fundada por los españoles, explorando las raíces indígenas de este lugar.

¿Cómo se llamaba Santiago de Chile antes?

1. La tierra de los Picunches

Los habitantes originarios del valle central de Chile

Antes de la llegada de los españoles, el valle donde hoy se asienta Santiago estaba habitado por diversas culturas indígenas, entre las cuales los Picunches eran uno de los grupos predominantes.

Los Picunches pertenecían al pueblo mapuche, pero estaban localizados en la región central de Chile, entre el río Aconcagua y el río Maule.

Este pueblo vivía en pequeños asentamientos dedicados principalmente a la agricultura, donde cultivaban maíz, porotos (frijoles) y quínoa, y tenían una organización social basada en clanes familiares.

Para los Picunches, la tierra era un recurso sagrado, y el valle de Santiago no era la excepción. Tenían su propio nombre para esta región, que reflejaba su cosmovisión y su relación con la naturaleza.

2. El valle del Mapocho

Un lugar estratégico y sagrado

El nombre original del lugar que hoy conocemos como Santiago era Valle del Mapocho, en honor al río que cruza la ciudad y que aún conserva ese nombre. «Mapocho» proviene de una palabra en mapudungún, la lengua de los mapuches, que significa «agua de la tierra».

Este nombre evidencia la importancia del río para las comunidades indígenas, que lo consideraban no solo una fuente de vida y subsistencia, sino también un espacio espiritual.

El río Mapocho era vital para el desarrollo de los asentamientos indígenas, ya que no solo proporcionaba agua para la agricultura, sino que también actuaba como una vía de comunicación entre diferentes comunidades.

Los Picunches, junto con otros pueblos indígenas, ocupaban este territorio en armonía con el entorno natural, respetando los ciclos de la naturaleza y adaptándose a las condiciones geográficas del valle.

3. Los incas y el nombre del «Valle del Mapocho»

La expansión del Imperio Inca y su influencia en la región

Hacia finales del siglo XV, el Imperio Inca se extendió hacia el sur, llegando al valle del Mapocho.

Aunque los incas no lograron establecer un control total sobre la región debido a la resistencia de los pueblos mapuches, sí dejaron una marca significativa en la historia de lo que hoy es Santiago.

Los incas se referían al valle como «Mitimaes», en alusión a las comunidades de colonos que enviaban a zonas conquistadas para integrarlas al imperio.

Aunque esta influencia incaica no fue lo suficientemente fuerte como para cambiar de manera radical la cultura de los habitantes del valle, sí tuvo un impacto en su organización y en su forma de vida.

Los incas aprovecharon los sistemas de regadío indígenas y construyeron caminos para facilitar el movimiento de sus ejércitos y productos a lo largo del imperio.

Sin embargo, no se estableció una gran ciudad en el lugar, y la importancia del valle del Mapocho como centro agrícola y estratégico continuó.

4. La llegada de los españoles y la fundación de Santiago

El cambio de nombre y la fundación oficial de la ciudad

La historia de Santiago como ciudad oficialmente reconocida comienza el 12 de febrero de 1541, cuando el conquistador español Pedro de Valdivia fundó la ciudad bajo el nombre de «Santiago del Nuevo Extremo».

Este nombre fue en honor al apóstol Santiago, el santo patrón de España, y también para reflejar la intención de establecer una nueva extensión del reino español en estas tierras lejanas.

Valdivia eligió el lugar estratégico del valle del Mapocho, protegido por los cerros Santa Lucía y San Cristóbal, y rodeado de tierras fértiles, para establecer su asentamiento.

Los españoles construyeron sus primeras casas y fortificaciones utilizando los recursos del valle y adaptándose a las condiciones geográficas del lugar.

El cambio de nombre de Mapocho a Santiago del Nuevo Extremo marcó el inicio de una nueva era, donde la influencia española comenzó a imponerse sobre las tradiciones indígenas.

5. ¿Qué pasó con los antiguos nombres indígenas?

La fusión de culturas y el legado indígena

Aunque los españoles impusieron el nombre de Santiago, muchos nombres indígenas sobrevivieron al paso del tiempo y aún se utilizan en la ciudad.

El río Mapocho mantuvo su nombre original, y varios otros lugares de la región conservan denominaciones indígenas que recuerdan la presencia ancestral en la zona.

El Cerro Santa Lucía, por ejemplo, era conocido por los indígenas como «Huelén», que significa «dolor» o «pena» en mapudungún.

Este cerro tenía un significado espiritual para las comunidades indígenas, y fue un punto clave en la defensa del territorio durante los primeros enfrentamientos entre los españoles y los pueblos nativos.

Hoy en día, aunque la ciudad de Santiago es una metrópolis moderna y cosmopolita, su historia prehispánica sigue siendo parte fundamental de su identidad.

Los nombres indígenas que permanecen en la geografía de la ciudad nos recuerdan que, mucho antes de ser Santiago del Nuevo Extremo, esta tierra era el hogar de los Picunches y otros pueblos que vivían en armonía con la naturaleza.

6. Santiago en la actualidad: una ciudad con raíces ancestrales

La influencia indígena en la cultura y el paisaje moderno

A pesar de los siglos de colonización y modernización, la cultura indígena ha dejado una huella profunda en Santiago.

Las costumbres, creencias y lenguas de los pueblos originarios aún están presentes en ciertos aspectos de la vida cotidiana. En el arte, la gastronomía y las tradiciones, se puede observar una fusión entre lo indígena y lo colonial.

Hoy, Santiago es una ciudad vibrante, que ha crecido y evolucionado desde sus humildes comienzos en el valle del Mapocho.

Sin embargo, es importante recordar que antes de ser la capital de Chile, era un territorio habitado por culturas que veneraban la tierra y el agua como recursos sagrados.

Los parques y cerros de Santiago, como el Cerro Santa Lucía y el Parque Metropolitano, siguen siendo espacios donde la naturaleza se mezcla con la historia.

Estos lugares permiten a los habitantes de la ciudad y a los visitantes conectarse con las raíces indígenas de la región, ofreciendo una oportunidad para reflexionar sobre el pasado y el legado de los primeros habitantes del valle.

santiago chile turismo

7. El legado indígena en la identidad chilena

Reconociendo y honrando a los pueblos originarios

Hoy en día, existe un mayor reconocimiento de la importancia de los pueblos originarios en la construcción de la identidad chilena.

Aunque Santiago lleva el nombre del apóstol español, el espíritu de las comunidades indígenas que habitaron este valle sigue vivo en el corazón de la ciudad.

Cada vez más, se realizan esfuerzos para preservar y difundir la cultura y las lenguas de los pueblos indígenas de Chile, incluidos los mapuches, a los que pertenecían los antiguos habitantes del valle del Mapocho.

Esta recuperación de la memoria histórica es fundamental para honrar el legado de quienes habitaron estas tierras mucho antes de la llegada de los colonizadores.




Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *